En aquel momento,ardor gozoso del alma
fue mordida por el dolor la boca del deseo.
Ganó la sangre bella y densa
derramando un vacío de profundas aguas negras.
Calló mi voz en el abismo de tu silencio
y nació la tempestad de la cruel lluvia
que inundó el llanto de mi pecho.
La traición, tan galante y sutil,
oscureció el cálido verano de mi risa
asoló con tempestades el mar,
antes vivo en mis ojos..
antes lleno de esperanza.
Tormenta de violento llanto
que azotó la furia
y empalideció mi alma.
Ojos de penumbra incierta.
Dudó el amor de su enferma amargura;
dudó el hombre de su triste locura,
y sació su angustioso dolor,
marchitando así el valle de mis entrañas
antes regado del amor infinito.
En aquel momento deambularon soledad y conciencia
por caminos inciertos.
Fiel compañera la herida desangrada.
Sensible al paso,el vago respiro..
el ego derrotado.
Ensordecedor fue el paso
hacia la ausencia de tu beso agridulce.
Y caí en el rostro que no reconoce el espanto..
y caí en el turbio calor de tu pecho.
En aquel momento,
y en aquel lecho para siempre nuestro
arropé pálido, mi cuerpo con tus manos
y contigo me perdí de nuevo,
en el sepulcro
de tu frío y doloroso invierno.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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Mientras leo tu poema veo la nieve como se deshace lentamente...
ResponderEliminarCreo que hoy no es el mejor día para sentirse solo, el frío me atrapa y una sensación de ahogo en mi pecho.
A veces la soledad es la que crea el bello arte de la expresión interna.Antes era mi enemiga y ahora sin embargo,es la complice de mis palabras...gracias por leerme Antiheroe!!!
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